Alfonsina Storni (1892-1938)
Nació en Suiza, pero muy pronto se
trasladó con su familia a Argentina. Su infancia fue dura, pero
enseguida encaminó sus pasos hacia la enseñanza y la literatura. El
poema
Tú me quieres blanca es uno de los más representativos del dramatismo de su obra.
Su obra
La inquietud del rosal
fue el inicio de una carrera literaria que la convirtió en icono del
postmodernismo. Y también de la causa feminista por este testimonio de
sus deseos como mujer y su lucha como madre soltera. El apoyo de escritores consagrados
como Amado Nervo y José Enrique Rodó le permitió seguir publicando obras
como
El dulce daño, Languidez, Ocre y Poemas de amor. Su vida acabó de forma trágica. Su suicidio el 25 de octubre de 1938 puso el punto final a una grave enfermedad.
Tú me quieres blanca
Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada .
Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.
Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua:
Habla con los pájaros
y lévate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.