viernes, 3 de abril de 2020





 

 



 Un 28 de marzo del año 1515 nació en Ávila Teresa de Cepeda y Ahumada, más conocida como Teresa de Jesús o santa Teresa. En 1535 ingresó como carmelita en el convento abulense de La Encarnación. Con una sólida formación espiritual dedicó buena parte de sus esfuerzos a la reforma de la orden del Carmelo. Desde 1554 comenzó a tener experiencias místicas y por orden de sus superiores, se convertiría en autora de múltiples escritos de carácter religioso en los que reflejaba sus vivencias. El valor espiritual y literario de los mismos, así como la intensa actividad religiosa de su autora (que en su impulso reformista llegaría a fundar hasta 17 conventos), convertirían a Teresa de Jesús en referente espiritual del catolicismo postridentino. Falleció en la noche del 4 al 15 de octubre de 1582 debido al cambio del calendario Juliano al Gregoriano acaecido ese día. 
Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes- Portal monográfico Santa Teresa de Jesús: https://www.cervantesvirtual.com/bib/bib_autor/santateresa/pcuartonivelc25d.html?conten=autor































RECORDAMOS  A...


Miguel Hernández, uno de los más grandes poetas de España



Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 - Alicante, 28 de marzo de 1942). Poeta y dramaturgo español.

De familia humilde, tiene que abandonar muy pronto la escuela para ponerse a trabajar; aun así desarrolla su capacidad para la poesía gracias a ser un gran lector de poesía clásica española. Forma parte de la tertulia literaria en Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé y establece con él una gran amistad.

A partir de 1930 comienza a publicar sus poesías en revistas como El Pueblo de Orihuela o El Día de Alicante. En la década de 1930 viaja a Madrid y colabora en distintas publicaciones, estableciendo relación con los poetas de la época. A su vuelta a Orihuela redacta Perito en Lunas (1933), donde se refleja la influencia de los autores que lee en su infancia y los que conoce en su viaje a Madrid.

Ya establecido en Madrid, trabaja como redactor en el diccionario taurino El Cossío y en las Misiones pedagógicas de Alejandro Casona; colabora además en importantes revistas poéticas españolas. Escribe en estos años los poemas El silbo vulnerado (1934), Imagen de tu huella (1934), y el más conocido: El Rayo que no cesa (1936).

Toma parte muy activa en la Guerra Civil española, y al terminar ésta intenta salir del país pero es detenido en la frontera con Portugal. Condenado a pena de muerte, se le conmuta por la de treinta años pero no llega a cumplirla porque muere de tuberculosis el 28 de marzo de 1942 en la prisión de Alicante.

Durante la guerra compone Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1938) con un estilo que se conoció como “poesía de guerra”. En la cárcel acabó Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941). En su obra se encuentran influencias de Garcilaso, Góngora, Quevedo y San Juan de la Cruz.