viernes, 25 de enero de 2019

John Lennon - Imagine HD CANCIONES PARA LA PAZ


MUSICA PARA LA PAZ






Imagine there’s no heaven                                        
It’s easy if you try
No hell below us
Above us only sky

Imagine all the people
Living for today...
Imagine there’s no countries
It isn’t hard to do
Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace...

You may say I’m a dreamer
But I’m not the only one
I hope someday you’ll join us
And the world will be as one

Imagine no possessions
I wonder if you can
No need for greed or hunger
A brotherhood of man
Imagine all the people
Sharing all the world...

You may say I’m a dreamer
But I’m not the only one
I hope someday you’ll join us
And the world will live as one

Imagina que no hay paraíso,
Es fácil si lo intentas,
Ningún infierno bajo nosotros,
Encima, solamente cielo,
 
Imagina a toda la gente
Viviendo al día...
Imagina que no hay países,
No es difícil hacerlo,
Nada por lo que matar o morir,
Ni religiones tampoco,
Imagina a toda la gente
Viviendo la vida en paz.
 
Tú puedes decir que soy un soñador,
Pero no soy el único,
Espero que algún día te nos unas,
Y el mundo vivirá como uno solo.

Imagina que no hay propiedades,
Me pregunto si puedes,
Ninguna necesidad de codicia o hambre,
Una hermandad de personas,
Imagina a toda la gente
Compartiendo todo el mundo...
 
Tú puedes decir que soy un soñador,
Pero no soy el único,
Espero que algún día te nos unas,
Y el mundo vivirá como uno solo.

Celebración del día de la paz - 30 de Enero


Trabajos 1º ESO   

      CELEBRACIÓN DEL DÍA DE LA PAZ 
                       



              Desde 1964, para conmemorar la muerte de Gandhi, se celebra el 30 de enero el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, reconocido por la UNESCO en 1993. En esta fecha se recuerda la necesidad de la educación para la tolerancia, la solidaridad, el respeto a los Derechos Humanos, la no violencia y la paz.







                                                                           GANDHI

Gandhi Todas las corrientes del pacifismo confluyen en la figura de Mohandas Karmchand Gandhi (1869-1948) máximo exponente del pacifismo contemporáneo. Conocedor de todas las variantes que hemos expuesto con anterioridad, Gandhi, revitalizó el pacifismo a través de la filosofía y de la práctica de la no-violencia, concepto considerado como piedra angular o base fundamental de su sistema espiritual, filosófico y ético, de una cultura para la paz.

      El concepto de no-violencia de Gandhi se remonta al antiguo concepto sánscrito de Ahimsa, pero vinculándolo, en su caso, a la desobediencia civil de Thoreau (que primero llevó el nombre d
e resistencia pasiva), a la transformación interior del cristianismo agustinista y franciscano, así como a las propuestas que hemos visto de Tolstoi, con quien mantuvo correspondencia.


Entre sus múltiples escritos es importante para adentrarnos en el pensamiento de Gandhi su propia autobiografía, titulada: La historia de mis experiencias con la verdad. Una obra en la que narra todo su itinerario vital, humano y espiritual. La lucha no-violenta o resistencia pasiva de Gandhi tuvo su mayor éxito al ser el medio y el método a través del cual la India consiguió su independencia y dejó de ser dominada por el Imperio Británico.

      No todos los objetivos de Gandhi se cumplieron ya que cosechó algunos fracasos:

  1. Uno de ellos fue el de la eliminación del sistema de castas hinduista, que generaba la segregación de los parias o intocables, aún hoy vigente.
  2. Otro de ellos fue el intento ecuménico de unión de todas las religiones bajo el concepto de la paz y la no-violencia como principio ético universal (donde Dios, Buda, Jesús y Mahoma son considerados como mensajeros de la paz).
  3. El tercero de sus grandes fracasos fue su intento de mantener la unidad de lo que hoy son la India (hinduismo) y Pakistán (islamismo), escindidos por motivos religiosos.

  Consiguió, eso sí, sin violencia alguna por su parte ni por la de sus millones de seguidores, la expulsión de los británicos y la independencia de la India, pero para ver con tristeza como se dividía su patria en dos países.

      El joven Gandhi había quedado fuertemente impresionado, tras educarse en Londres como abogado y viajar a ejercer en Sudáfrica, por la noción jainista de "devolver bien por mal", germen de su concepto primordial de no-violencia. Al unir la idea de no provocar el mal con la idea de la firmeza en la Verdad interior, Gandhi, forjaba un potente pero pacífico revulsivo social, tanto más efectivo cuanto más numerosos eran sus seguidores.

      En un artículo publicado en el periódico Young India del 9 de marzo de 1920 ya se explicaba Gandhi con completa seguridad en sus ideas y lo hacía de la siguiente forma:

      "La no-violencia completa es ausencia completa de mala voluntad hacia todo lo que vive. La no-violencia es su forma activa, es buena voluntad hacia todo lo que vive. Amor perfecto".

      Y en otro artículo de madurez ya fechado el 4 de noviembre de 1926 y publicado en el mismo medio, precisaba:

      "Ahimsa no es únicamente no matar. Himsa es causar sufrimiento o destruir una vida, sea por ira, bajo el dominio del egoísmo o con el deseo de realizar el mal. Abstenerse de obrar así es ahimsa. Tal actitud es la que se propone que la humanidad alcance tanto en la mente, como en la palabra y en la acción".

      Gandhi, no distinguiendo entre fines y medios, fue quien con más insistencia propuso la utilización como método de la no-violencia, como medio para la consecución de unos objetivos sociales y políticos, la misma noción, pues la paz era el medio y la paz era la finalidad.

      Los procedimientos de la no-violencia empleados por Gandhi y sus seguidores fueron muy numerosos. Entre ellos podríamos destacar los siguientes, que se encuentran todos ellos entrelazados entre sí:


  1. El testimonio no violento y pacificador, bien por medios orales bien por medios escritos.
  2. Las manifestaciones públicas pacíficas, los ayunos, las huelgas de hambre o de brazos caídos.
  3. La no-cooperación o boicot como negativa a servir a una causa injusta o a un régimen opresor. Aunque eso conllevase la cárcel o la muerte.
  4. La desobediencia civil de las leyes injustas y el no acatamiento de las órdenes de un sistema tiránico o despótico.


      Además, por tanto, de constituir la no-violencia una fuerza pacífica de presión social, podemos observar como, al mismo tiempo, se la presenta como una firme actitud ética en la vida. Una actitud que se presentaba como amor, inocencia y buena voluntad hacia todo lo existente. De ahí que Gandhi profesara y promoviera el vegetarianismo como la forma de alimentación menos dañina e investigara en lo que denominaba, "experimentos con la Verdad", sobre la manera de elevarse a un nivel de conciencia superior.

      Otro de los elementos fundamentales del pensamiento activo de Gandhi fue su interés por cualquier proceso de desarme, ya que a su juicio, uno de los problemas fundamentales de nuestro mundo era y es el de que los Estados inviertan en armamentos presupuestos que podrían erradicar el hambre del planeta.

      Su actividad de promoción de la paz mundial no cesó hasta que fue asesinado en su India natal el 30 de enero de 1948. Otros grandes activistas de la cultura para la paz seguirán sus enseñanzas y algunos otros de gran talla moral y personal, paradójicamente, morirán también a manos de la violencia asesina que con tanto fervor combatieron. Entre los no-violentos que acabaron siendo víctimas de la violencia se encuentran personalidades como la del baptista Martin Luther King o el cantante John Lenon. Sus injustos asesinatos reforzarían su memoria y sus ideas, quedando como testimonios de la divisa socrática que declaraba como mejor el padecer la injusticia a cometerla. Todos ellos han inspirado a Premios Nobel de la paz como Nelson Mandela, Rigoberta Menchú o Teresa de Calcuta




LEÓN  TOLSTOI

   La utopía de la paz de León Tolstoi



 

(1828-1910) fue un importante escritor ruso que sentaría las bases de un movimiento pacifista de gran magnitud. Se puede decir de él que fue un terrateniente que liberó a sus siervos y transformó sus tierras, Yasnia Polaina, en una extensa escuela para los pobres analfabetos campesinos, que fue un militar que renunció al ejército por adoptar una posición contraria a las armas y a la guerra y que fue un noble que rechazó sus títulos para promover una regeneración de los principios cristianos pacifistas.

      A parte de su gran actividad novelística en la dirección de su pacifismo neocristiano su obra más importante es la que lleva por título: El Reino de los Cielos está en vosotros. Una obra en la que proclamaba como principal principio el de la resistencia no-violenta al mal. Para Tolstoi el Dios cristiano es un Dios interior presente en la conciencia de todo ser humano. Es desde tal posicionamiento desde el que recoge, enlaza y sintetiza las ideas de no-violencia, paz y desobediencia civil. A su juicio toda transformación social tiene que comenzar por una transformación individual, de ahí que en su obra antes mencionada se exprese del siguiente modo:

      "Los hombres creen que su condición mejora cuando las formas exteriores de vida se modifican. Pero esta modificación procede siempre del desarrollo de la conciencia. Solo esta evolución de la conciencia conduce a una vida mejor. Y no sólo la condición humana no experimenta mejoramiento alguno si nada cambia en la conciencia, sino que, en la mayoría de los casos, empeora" (Tolstoi El Reino de los Cielos está en vosotros).


      Al contrario que el marxismo, que le criticó duramente por rechazar la violencia como medio de transformación de las condiciones sociales de los oprimidos, Tolstoi pensaba que primero tenían que transformarse las conciencias para que, a partir de una minoría interiormente evolucionada, se produjese la extensión y transformación posterior de las estructuras sociales y de las formas de vida entre los hombres. Ese fue su testamento vital, humano y espiritual, dejando el camino abierto para que el siguiente gran hombre de la cultura de la paz, uniendo todas las tradiciones pacifistas, extendiese dicha tradición a nivel universal.


POEMAS PARA LA PAZ

Para que haya paz en el mundo
 
Para que haya paz en el mundo,
es necesario que las naciones vivan en paz.
 
Para que haya paz entre las naciones,
las ciudades no deben levantarse una contra otra.
 
Para que haya paz en las ciudades,
los vecinos deben entenderse.
 
Para que haya paz entre los vecinos,
hace falta que reine la armonía en el hogar.
 
Para que haya paz en casa,
hay que encontrarla en el corazón de cada uno.
 
(Laozi, también conocido como Lao Tsé, Lao Tzu o Lao Tsi)





jueves, 24 de enero de 2019

1984, de George Orwell

«En tiempos de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario»

En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso y su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos. Hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.

«No creo que la sociedad que he descrito en 1984 necesariamente llegue a ser una realidad, pero sí creo que puede llegar a existir algo parecido», escribía Orwell después de publicar su novela. Corría el año 1948, y la realidad se ha encargado de convertir esa pieza (entonces de ciencia ficción) en un manifiesto de la realidad.


miércoles, 23 de enero de 2019




Pocas veces tenemos la posibilidad, en nuestra ciudad, de escuchar voces tan interesantes como las que aparecen en el programa que empieza el jueves 21 de febrero.
Aprovechemos la oportuniad que se nos brinda. 

domingo, 20 de enero de 2019

DISCURSO DEL MÉTODO René Descartes

          El Discurso del método, aparecido en 1637, es la primera obra publicada por Descartes. Concibió este Discurso como un prólogo a tres Ensayos científicos, Dióptrica, Meteoros y Geometría, junto con los cuales fué publicado. En este prólogo desarrollaba la idea de un método universal que haría avanzar todas las ciencias.
         El Discurso consta de seis partes, cada una dedicada a una temática diferente. La parte I nos habla de sus años de formación y de la insatisfacción que ésta le dejó en su espíritu; la parte II habla del método;  la III de la moral; la IV resume su metafísica; la V su física y su fisiología (como resumen de su obra El tratado del mundo que habia escrito anteriormente y no vió la luz); la VI es una justificación de la publicación de esta obra que aprovecha para hacer algunas consideraciones metodológicas sobre la ciencia.
    Pero lo realmente novedoso e importante de este libro es el modo en que se exponen las ideas, en tanto que se nos presentan como una autobiografía intelectual. Es una transcripción de su discurrir en el proceso de razonamiento, - la inmediatez del pensar - esa conciencia  que abrirá la modernidad hacia la configuración del sujeto.
" El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada uno piensa estar bien provisto de él...esto testimonia que la capacidad de juzgar bien y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que se llama el buen sentido o la razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y así la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que los otros, sino solamente de que conducimos nuestros pensamientos por distintas vias y no consideramos las mismas cosas. Pues no se trata de tener el ingenio bueno, sino que lo principal es aplicarlo bien. Las almas más grandes son capaces de los mayores vicios, tanto como de las mayores virtudes; y los que andan muy despacio pueden avanzar mucho más, si siguen el camino recto, que los que corren pero se alejan de él. ...
 Mi intención no es, pues , enseñar aqui el método que cada uno debe seguir para conducir bien su razón, sino sólo mostrar de qué manera he procurado conducir la mia."


PEQUEÑO GRAN LIBRO

                         Descartes es el primer filósofo moderno y el menos pesado. Una nueva edición de su ‘Discurso del método’ suma a una brillante traducción las versiones francesa y latina



Descartes, visto por Sciammarella.
Descartes, visto por Sciammarella
Durante uno de mis primeros cursos como profesor universitario, asistió a mis clases un muchacho incluido en cierto programa de rehabilitación al que habían recomendado hacer algunas asignaturas de filosofía para resocializarse. Entraba en el aula con un vaso de tubo lleno de líquido y hielo en la mano y con un walkman enchufado a los oídos (algo completamente inusitado entonces); después de un rato absorto en su asiento, levantaba la mano y, para gran disgusto de sus compañeros, hacía una interpelación impertinente y rompedora que interrumpía unos minutos la explicación. Una tarde me lanzó a bocajarro esta pregunta: “¿Pero tú has leído el Discurso del método?”. Durante el instante —que me pareció eterno— en el que estuve discurriendo cómo responderle, como dicen que les sucede a los ahogados, inundaron mi memoria, como en una película, no las imágenes de mi vida, sino las de la experiencia de mi primera lectura de este texto de Descartes que desde hace siglos circula separado de los ensayos científicos a los que originalmente sirvió de prólogo y que, por su razonable tamaño, tantas veces me acompañó en autobuses y vagones de metro en el bolsillo de la chaqueta. Parece inevitable, cuando se pe­netra en sus páginas, quedarse mudo de asombro ante la sencillez y la precisión con las que este caballero, que ha hecho de la claridad y la distinción la exigencia primera de su estilo intelectual, y que está lo bastante bien educado para no presentar sus logros como doctrinas obligatorias para sus semejantes, sino como meras decisiones personales, sin más ayuda que la de su entendimiento y después de desprenderse de todas sus creencias y hábitos, de las opiniones heredadas y hasta de sus sentidos a veces engañosos, emprende una tarea para la que otros han necesitado miles de páginas tortuosas y oscuras, llenas de citas y argumentos de autoridad, y la resuelve con decisión, modestia, aparente facilidad y admirable brevedad, pero también de forma del todo concluyente.




          Como el consumado bailarín que fue, nos ahorra la ascética disciplina de su técnica mediante la discreta elegancia del movimiento de su ingenio mientras desconecta de su cuerpo, una a una, todas las terminales de su mente para después volverlas a conectar de acuerdo con un diseño corregido que le libera de los efectos secundarios de esas instituciones naturales que son las pasiones del alma. La agilidad de su sobria prosa convierte las transiciones entre la física y la teología, o entre la lógica y la matemática, que de suyo comportan saltos mortales y arriesgados desniveles, en suaves compases del mismo deslizamiento imperceptible que somete las agitaciones de la sangre al ritmo de los conceptos.
Así que creo recordar que respondí a aquel muchacho: “No, no he leído el libro, pero sí he visto la película”. No era verdad, pero hoy lo es aún menos, gracias a la magnífica edición que Pedro Lomba, que conoce como pocos al pensador francés, ha hecho de este escrito, y que tiene, además de la virtud de una cuidada traducción, la de acompañarlo por primera vez de las versiones francesa y latina del texto, que ayudan a comprender el esfuerzo de creación terminológica que hay detrás de sus páginas, y la de contener un condensado apéndice de cartas y objeciones que no puede ser más pertinente, y un prólogo tan medido, riguroso y claro como lo exige la propia obra que le sigue.
Y esta nueva lectura ha confirmado mi sospecha de que el secreto del Discurso radica en que, como en esas demostraciones matemáticas en las que se comienza con un “supongamos” aparentemente imaginario, pero se desemboca en la seguridad inconmovible de una demostración necesariamente válida, lo que empezó siendo la confesión autobiográfica de un particular se ha transformado en el retrato universal del sujeto que todos somos, y el autor se ha difuminado para que la certeza que ha puesto a nuestro alcance —y que describe las nuevas condiciones éticas y epistemológicas exigidas por la modernidad— pueda revestirse con la biografía de cada uno de sus lectores: para llegar a ser alguien hay que decir “Yo pienso”, pero esa proposición sólo abre el territorio del conocimiento a quien se reconoce como cualquiera. Que este sujeto transparente, que no es nadie y somos cada uno de nosotros, pueda además hablarnos en tono personal, contarnos su historia con voz propia y confesar que prefiere la libre investigación a todos los honores del mundo: eso es precisamente lo que de este prodigioso libro nunca dejará de conmovernos.
Quizá por poseer la jovialidad intelectual de quien no llegó a viejo, Descartes, además de ser el primer filósofo moderno, es también el menos pesado, el que siempre está intentando aligerar la gravedad de las hondas cuestiones que trata, y no le duelen prendas a la hora de abandonar sin melancolía alguna de ellas por encontrarla irresoluble o de recomendar a quienes quieren seguir sus pasos, en beneficio de su salud mental, no dedicar a la metafísica más de unas pocas horas al año. Por supuesto, el lector que avance hasta al final del Discurso encontrará motivos para reflexionar sobre las soluciones de Descartes y para discutir sus resultados —algo a lo que, por mucho que le pareciese un empleo del tiempo poco aconsejable, él siempre estuvo dispuesto—, pero del flechazo producido por la brillante naturalidad del método y su contundente sencillez es posible que no se recupere ya nunca. 







MANUEL VICENT     EL PAÍS  27 enero 2019   Artículo de opinión

 No lo dudes

Solo los muy débiles están seguros de todo, porque hay que ser muy fuertes para no estar seguros de nada.

 Si buscas la verdad y quieres salir de dudas, existe un remedio infalible. Cómprate una pistola y realiza prácticas de tiro. Cuando aciertes en el blanco, que es tu propio seso, habrás alcanzado la verdad con absoluta certeza. Existe otra solución menos dramática para demostrar que estás en posesión de la verdad: pon cara de asno cabreado, expresa tu razón con una frase corta muy ruda y úsala como arma con la mirada puesta en las estrellas. En el Discurso del método, el filósofo Descartes, afirma que al pensamiento se llega a través de la duda metódica. Dudar equivale a pensar. Y a la vez el pensamiento es la única prueba de que uno existe en realidad. Pienso, luego existo. Pero este discurso es pura falacia, porque hoy si dudas estás muerto, ya que en la opinión pública ahora mandan los fulanos que están siempre en lo cierto. El pensamiento dubitativo te lleva a emitir juicios llenos de matices, lo que te convierte en un ser moderado, equidistante y contradictorio, muy sospechoso. Ya me contarás adónde vas con esa mochila si te dedicas a la política o eres un líder de opinión. Cualquier juicio ponderado que emitas provocará insultos y desprecio como si fueras un débil mental o tonto de baba. Pese a que la duda lleva el oxígeno de la sangre hasta ese bulbo recóndito del cerebro donde reside la doble cara de la verdad, no te servirá de nada. Deberás hacer un esfuerzo sobrehumano para defender tus dudas como el último reducto de la inteligencia. En cambio, la certeza es señal de que la fe cargada de emoción ha producido una obstrucción en algún punto del fluido del pensamiento, lo que obliga a gritar desaforadamente para que la yugular siga bombeando sangre al cerebro antes de que reviente como una palpitante babosa. Solo los muy débiles están seguros de todo, porque hay que ser muy fuertes para no estar seguros de nada.

sábado, 19 de enero de 2019

El eclipse de Augusto Monterroso - Comentario de texto



 Texto que plantea la visión etnocentrista del mundo desde una ironia propia de un gran narrador.

Texto a comentar : "El eclipse"

“Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de Los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.
   Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo.
   Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.
   Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal  y de su arduo conocimiento de Aristóteles.  Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.
   - Si me matáis - les dijo - puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
   Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vió que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén.
   Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola correaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles”.

¿Por qué somos como somos? Eduardo Punset - Comentario de texto


 

¿Por qué somos como somos? Es una pregunta que seguramente en los comienzos del siglo XXI se plantea de manera totalmente distinta a como se hiciera en épocas anteriores. Por primera vez enla historia del conocimiento científico comienza a formar parte de los intereses y de la sociedad en general. 
¿Cuáles son los mecanismos que van desde un gen, desde un cromosoma, desde una molécula... hasta el ladrido de un perro, hasta el sentimiento del amor, hasta el hecho de recordar algo con ternura?

Fragmento seleccionado para comentar pag 13-16


“Hace muy pocos años, sobre todo en las décadas de los sesenta y los setenta, una reflexión sobre por qué somos como somos habría versado casi exclusivamente sobre genética y la programación de las conductas humanas implícita en los genes. Antes de 1953 —fecha histórica del descubrimiento del «secreto de la vida», como llamaron Watson y Crick a la estructura de la molécula del ADN— el entorno modulaba las almas. En la Rusia soviética se podría y debía construir un hombre nuevo transformando la organización social.
Antes de eso era todavía peor. Habíamos fabricado dioses a nuestra imagen y semejanza, y aplacábamos sus iras despeñando humanos por las murallas y consumando sacrificios humanos. Cualquier cosa salvo mirar qué pasaba dentro de uno mismo cuando aprendía, lidiaba con el vecino, amaba, sufría y moría. Es incomprensible —y sobre todo ha sido una fuente de amargura  indecible— que hayamos sobrevivido sin saber nunca qué nos pasaba dentro, por qué nos comportábamos como lo hacíamos cuando estábamos emocionados, acosados por el miedo o la indiferencia.
Hoy empezamos a saber, por fin, por qué somos como somos. (...)
Después de llenar páginas enteras, estanterías con los libros confeccionados con ellas, bibliotecas rellenas de esos libros para demostrar las cosas fundamentales que nos diferenciaban del resto de los animales, hemos tenido que renunciar una a una a casi todas de las supuestamente inamovibles verdades.
No es cierto que sólo nosotros sepamos fabricar herramientas, ni que seamos los únicos capaces de reconocernos en el espejo, ni que las demás especies no puedan comunicarse para hacerse entender o confundirse, ni que, finalmente, nadie más en el planeta pueda recurrir a los símbolos o a la capacidad metafórica para innovar. Descendemos de un antepasa- do común con los primates sociales y éstos, a su vez, del pez pulmonado que supo salir del mar y aposentarse en la tierra.
Sí es absolutamente cierto, en cambio, que estamos programados para ser únicos entre nosotros mismos. La neurobiología y el inconsciente se han confabulado para urdir un entramado en el que las leyes generales del cerebro se concilian con las huellas indelebles de la experiencia individual. (...)
Pero ahora sabemos, por fin, por qué somos como somos y, por tanto, por qué podríamos ser de otra manera si realmente quisiéramos. Para ello contamos con descubrimientos recientes que permiten iniciar ese camino. La plasticidad cerebral constituye una herramienta insospechada para el cambio. (...)
Es muy probable que los graznidos fueran la primera muestra de comunicación verbal; que a ellos sucediera la música; a ésta, el lenguaje, que o bien era innato o bien crecía como un órgano más del cuerpo. La culminación de este pro- ceso fue la escritura que, desde hace unos 4.000 años, introdujo el compromiso, la señal indeleble de una voluntad que permitió modular la convivencia social. Pero el análisis del origen del lenguaje ha permitido matizar que ni sirve siempre para entenderse ni es más perdurable que el lenguaje corporal. El contubernio social, el desafío de los demás, contribuyó como ningún otro factor al desarrollo de la inteligencia social.
Descubrir por qué somos como somos ha sido la primera pista para intentar ser de otra manera y rescatar de las tinieblas y el dogmatismo el código de los muertos que todavía rige el destino de millones de personas. ¿Cuántos años serán precisos para que las pautas configuradas para situaciones pasadas de hace decenas de miles de años den paso a sugerencias más adecuadas a unos humanos que acaban de triplicar su esperanza de vida? Lo primero era profundizar en saber por qué somos como somos.”

El animal humano de Alonso de Medina - Comentarios de texto


 
 El primate humano es un primate social, cultural, doméstico, territorial, jerarquizado y muy agresivo. Su presencia en el planeta Tierra ha dejado una triste huella, dificil de borrar. Este libro trata de cada uno de estos temas fundamentales del comportamiento humano.
Fragmento a comentar pag 72:

"Que el hombre es una criatura agresiva es cosa que difícilmente discutirá nadie. Salvo la excepción de ciertos roedores, ningún otro vertebrado mata habitualmente a miembros de su misma especie. Ningún otro animal disfruta practicando la crueldad sobre otro de su misma clase. Generalmente describimos los ejemplos más repulsivos de la crueldad del hombre como algo brutal o bestial, y con estos adjetivos damos a entender que semejante comportamiento es característico de animales menos desarrollados que nosotros. A decir verdad, sin embargo, los casos extremos de comportamiento "bestial" están limitados al hombre, y nuestro salvaje trato mutuo no tiene paralelo en la naturaleza. Lo tristemente cierto es que somos la especie más cruel y despiadada que jamás haya pisado la tierra; y que, aunque podamos retroceder horrorizados cuando leemos en un periódico o en un libro de historia las atrocidades que el hombre ha cometido con el hombre, en nuestro interior sabemos que cada uno de nosotros alberga dentro de sí los salvajes impulsos que conducen al asesinato, a la tortura y a la guerra... ¿cuál es entonces la superioridad de la especie humana? ¿es este un comportamiento propio del desarrollo de la inteligencia?
...Podemos concluir nuestro estudio del hombre recogiendo las palabras de Martin Luther King ‘Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos’".

jueves, 17 de enero de 2019

LA REPÚBLICA de Platón - Variaciones sobre el Mito de la caverna

   

       Los clasicos son aquellos libros cuyas palabras nos persiguen toda la vida. No conozco a nadie que haya leído el Mito de la caverna y le haya dejado indiferente, ni a nadie que pasado el tiempo lo haya olvidado. 
      Hay pensamientos que se convierten en tu equipaje de vida.  

Escrita en el s. IV a.C., sigue siendo una de las obras más actuales. Su reflexión sobre el estado en el que el hombre se encuentra con respecto al conocimiento sigue describiéndonos en la actualidad. El camino que todos tenemos que recorrer en nuestro aprendizaje  desde la ignorancia, que es siempre una esclavitud, -y más hoy en dia si cabe, entontecidos y sometidos a las imágenes de nuestros aparatos tecnológicos,- hasta la liberación que significa ser conscientes de lo que hacemos, de este sometimiento y encontrar una salida que nos conduzca a ver con  claridad  todas aquellas ideas que fundamentan nuestras vidas.

 Al principio del Libro VII encontramos el famoso relato del Mito de la caverna,  si alguien se adentra en su lectura tendrá la necesidad de contar la experiencia vivida. 
Esta es una ventana abierta a todo aquel que quiera expresarla.

                            





 VARIACIONES SOBRE EL MITO


                                      Emilio Lledó: “Variaciones sobre el tema de la caverna”.
(El País, 1/7/1993,  publicado en  un suplemento especial: “La miseria de la televisión”.)

    “El mito cuenta que estaban atados por las piernas y por el cuello. Y desde niños. No tenían posibilidad de mirar a otro sitio que al iluminado fondo de la caverna. Iluminado por un fuego que, a mitad del camino entre la posible, lejanísima, salida y los prisioneros, estrellaba, ante sus ojos, las sombras de unos objetos alzados sobre las cabezas de misteriosos porteadores. Los prisioneros no podían ver sino esas sombras, porque tras sus espaldas y ante los porteadores se alzaba un muro tan alto como estos personajes, y que impedía descubrir la totalidad de la tramoya.
    En la implacable noria de esos silenciosos caminantes del otro lado del muro habría alguno que comentaría lo pesado de la carga, lo duro y aburrido del camino que, como Sísifos de sombra, están condenados a hacer. Y los prisioneros oirían los ecos de esas voces, escucharían palabras, e imaginarían que, en su larga pantalla de sombras, eran esas sombras las que hablaban. Incluso familiarizados ya con esa procesión, acabarían acostumbrándose a ella, queríendola y hasta concursando por ver quién era el más sabio en oscuridades, y cuál de las sombras volvería a aparecer de nuevo, en su mirada.

    El mito no cuenta quién atizaba el fuego, quién había ideado el muro, quién dirigía, oculto, a esos porteadores resignados, prisioneros también, y abotargados en su engañoso oficio. (...)
    Pero el mito cuenta, además, el proceso de una verdadera liberación. Hay un prisionero que escapa. Alguien -no se dice quién- le desató, le obligó a levantarse y le puso en camino hacia la luz. No hacia la luz del solitario fuego que arde en el centro de la caverna, sino hacia la salida, hacia el sol. Es verdad que, el camino, cuesta arriba, es penoso, y que los ojos, hechos a la oscuridad, sufren a medida que tiene que irse abriendo a otros resplandores. Es verdad que, a ratos, se tienen ganas de volver al sillón donde nos atenazó la costumbre; pero donde nos acarició la oscuridad. Porque duelen los ojos de ir atisbando cosas reales y, sobre todo, de descubir el ridículo montaje del muro y de sus pálidos servidores. Duele la rabia de haber creído que todo era eso; la dura nostalgia de los días perdidos. Un lejano sentimiento de culpa se levanta, además, por haber colaborado aunque sólo fuera como pasivo partícipe, en la ideología de la nada. (...)
    Probablemente entonces, al descubrir el prisionero todo lo que alcanza la mirada, y hecho como estaba a utilizar la vista, aunque fuese entre tinieblas, pensó que aquella maquinaria del mirar, en la que había crecido, podría revolucionarse, con tal de que tuviese otra luz distinta por mensajera. Una luz que diese vida y saber a la mirada, y a la que acompañasen palabras más firmes que aquellas en las que, como aplastados ecos, le educaron. No sabemos tampoco si, en un momento de desesperación, pensó que era imposible transformar esa fábrica de un ver en el que se agotaba la pasión por sentir, por crear, por vivir”.


LAS PREGUNTAS DE LA VIDA de Fernando Savater

        
    ¿Para que sirve la filosofía? ¿Cuál debería ser su papel en la educación? 
    

       Estamos acostumbrados a que la ciencia resuelva muchas de nuestras perplejidades y problemas, pero ciertas preguntas continúan abiertas porque no admiten ninguna solución definitiva y se repiten de generación en generación. Son las cuestiones acerca de la muerte, de la verdad, del universo, de la libertad, de la justicia, de la belleza, del tiempo... La filosofía no pretende contestarlas de una vez por todas, sino que sigue enseñando a plantearlas de forma cada vez más enriquecedora, mientras avanza respuestas tentativas para ayudarnos a convivir racionalmente con ellas. Porque es mejor mantener abiertas las grandes preguntas que contentarse apresuradamente con las pequeñas respuestas...Este libro quisiera ser una iniciación elemental a la reflexión filosófica, tanto para uso de quienes se acercan por primera     vez al estudio de la filosofía en el bachillerato como de aquellos otros que a cualquier edad aspiran a conocer los fundamentos de esta tradición intelectual.

EL MUNDO DE SOFÍA de Jostein Gaarder

      La protagonista, Sofía, está a punto de cumplir quince años. Jamás se ha cuestionado nada hasta el día que abre el buzón y encuentra una extraña carta anónima con dos preguntas: «¿Quién eres? ¿De dónde vienes?». Las dudas la asaltan de pronto; más aún, cuando unas horas después, recibe otra carta con su primer curso postal de filosofía. Está a punto de conocer a los presocráticos.
       Durante semanas, Sofía sigue el extraño curso por correspondencia mientras trata de desenmascarar al filósofo que se esconde detrás. Pero ese no es el único misterio al que se enfrenta en la víspera de su cumpleaños: también recibe mensajes destinados a una tal Hilde, a la que se supone que está a punto de conocer y que cumple años el mismo día que ella. ¿Por qué el padre de la chica escribe a Sofía, si no se conocen? ¿Tiene relación con el filósofo? Todo eso sin olvidar las dudas filosóficas que recibe cada día.
      El mundo de Sofía es un ejemplo extraordinario y excepcional de un buen libro de conocimiento camuflado y adaptado a una novela de calidad, un ejercicio que muy pocos escritores podrían lograr. Gaarder consigue escribir una trama que engancha y anima a avanzar, y a la vez interrumpirla a cada momento con lecciones de filosofía, de un modo ameno y muy bien explicado. 
Nada sobra en El mundo de Sofía, y a medida que avanzamos hacia la resolución, descubrimos que es una novela sumamente arriesgada y original donde las cosas no son lo que parecen. Es un mérito destacable mantener atrapado al lector tanto si Sofía se atreve a salir de casa por la noche como si nos introduce en el pensamiento de Spinoza.
Así se entiende, en vísperas del veinticinco aniversario de este clásico de la literatura juvenil, que todavía despierte pasiones y cambie el modo de pensar de los que han pasado por sus páginas. Estos son los libros que más nos gustan: los que mantendrán el embrujo dentro de un cuarto de siglo, vivos en nuestra memoria.


La casa de los espíritus, de Isabel Allende

2.º BAT (2.º trimestre)

Han transcurrido más de treinta y seis años desde la publicación de La casa de los espíritus escrita por Isabel Allende (1942), una casi desconocida chilena exiliada en Caracas que, para «sacarse del alma los fantasmas», tomó la pluma en enero de 1981 y no paró hasta enhebrar más de quinientas páginas, como un exorcismo. 

Después comenzó la peregrinación por las editoriales del lugar, que la rechazaron, para finalmente lanzarse con éxito en España, de donde saltó a Europa e Hispanoamérica. En ese proceso de recepción literaria llega por fin al Chile de Pinochet en el que se cuela de contrabando burlando la censura. A partir de ahí explota el «fenómeno Allende»: un inmenso éxito de ventas, traducciones al alemán, ruso, japonés... y la versión cinematográfica en 1993. La clave de este éxito radica en la extraordinaria capacidad de narrar de Isabel Allende, inventora de una «comedia humana» al estilo de Balzac.

«La prosa de Isabel Allende es maravillosamente viva, como dotada de un ánima poética en su impulso interior. Y esto al margen de cualquier artificio visible, su propia calidad y sencillez la hacen pasar inadvertida». Ignacio Valente

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Luces de Bohemia, de Valle-Inclán

2.º BAT (1.er trimestre)

Luces de Bohemia es un esperpento trágico de la vida literaria de la época. Al degradarse la realidad aparece la farsa y, en un segundo nivel, el esperpento; «Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento», aclara Valle-Inclán.

Aquí el espejo cóncavo es una conciencia dolorida, una conciencia moral que escandaliza o aterra. Resulta patético que quien vea la verdad sea un ciego, Max Estrella, soñador perdido en un Madrid absurdo y hambriento.

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miércoles, 16 de enero de 2019

Donde surgen las sombras, de David Lozano

4.º ESO (2.º trimestre)

Álex, un adolescente aficionado a los videojuegos, no parece tener ningún problema... hasta que un día desaparece sin dar explicaciones. Sus amigos inician una búsqueda a contrarreloj salpicada de dificultades y atroces asesinatos. ¿Qué o quién está detrás de esas muertes? Una novela de misterio que destaca la fuerza de la amistad en la superación de dificultades.

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El misterio del cuarto amarillo, de Gaston Leroux

2.º ESO (2.º trimestre)

En El misterio del cuarto amarillo, el novelista francés Gaston Leroux (1868-1927) aborda de manera magistral uno de los temas clásicos del género policíaco: el enigma de un crimen cometido en un recinto cerrado, del cual parece imposible que pueda haber huido el agresor. Pero en el transcurso de la novela, nuevos y más indescifrables misterios se agregan al que ha dado origen a la investigación e implican, como presuntos ejecutores o cómplices del crimen, a buena parte de los protagonistas de la obra. Descartados poco a poco los inocentes, la sorprendente identidad del asesino solo nos es revelada al final, en unas páginas memorables, por el jovencísimo periodista e investigador Rouletabille, cuyas portentosas dotes de observación y deducción convierten al personaje en uno de los detectives literarios más brillantes y a esta novela en un clásico indiscutido del género.

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El niño con el pijama de rayas, de John Boyne

4.º ESO (1.er trimestre)

Estimado lector, estimada lectora:

Aunque el uso habitual de un texto como este es describir las características de la obra, por una vez nos tomaremos la libertad de hacer una excepción a la norma establecida. No solo porque el libro que tienes en tus manos es muy difícil de definir, sino porque estamos convencidos de que explicar su contenido estropearía la experiencia de la lectura. Creemos que es importante empezar esta novela sin saber de qué trata.
No obstante, si decides embarcarte en la aventura, debes saber que acompañarás a Bruno, un niño de nueve años, cuando se muda con su familia a una casa junto a una cerca. Cercas como esa existen en muchos sitios del mundo, solo deseamos que no te encuentres nunca con una. Por último, cabe aclarar que este libro no es solo para adultos; también lo pueden leer, y sería recomendable que lo hicieran, niños a partir de los trece años de edad.

El editor

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